Aunque parezca mentira, la cita del Evangelio de Juan (Capítulo 8, vers. 32) es el eslogan de la CIA. Y qué mayor prueba de que al mundo lo gobierna la mentira que el escándalo que El Tiempo llama "Cablegate" y que la prensa estadounidense llama con el sitio web (que the sipmac ensemble linkeó desde hace meses) que desencadenó lo que promete ser un verdadero pandemonium: Wikileaks.
Los hechos: un insignificante soldado raso llamado Bradley Manning (huele a libro y a película, ¡sí señor!) filtró al website Wikileaks entre 250 y 400 mil comunicaciones del Departamento de Estado. Es como si alguien se hubiera hecho al diario de la confidente más chismosa del vecindario y de pronto todos supiéramos que piensa cada quién de cada cuál.
Wikileaks es propiedad de Julian Assange, un idealista con pinta de Walter Mercado para el que los secretos en el gobierno no deben existir como cuestion de principio. Él mismo está ahora prófugo de la justicia, acusado de acoso sexual y acceso carnal violento (más de uno piensa que le están empezando a girar las tuercas). El mismo website sufrió un ciberataque, pero Assange ya arregló con los principales periódicos del mundo (New York Times, El País, Le Monde) para la publicación de los mensajes.
Hay mucho material explosivo por destacar, yo me limito a resaltar por ahora la "racionalidad "que parece distinguir a la diplomacia mundial: Arabia Saudita, Qatar y los demás vecinos de Irán, están muy preocupados de ver como esta última nación está ad portas de convertirse en una potencia nuclear. Le piden a Estados Unidos que haga algo ya, que les saque las castañas del fuego. El gobierno estadounidense podría pedirle a Arabia Saudita que si bien ya está financiando en forma oficiosa a Al Qaeda, bien Osama bin Laden podría hacerle la tarea. Se dice que la administración Obama le vendió a Arabia Saudita unos 60 mil millones de dólares en armamento. ¿Cuánto iría a parar a Osama?
Para saber la parte de Latinoamérica, como siempre, habría que esperar un par de semanas.
¿Será que sabremos que hacer con tanta libertad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Se admiten comentarios, con civilidad y cortesía (y humor de ser posible)