Mujeres y publicidad sexista: Con todo, realizar este proceso de vinculación no es sencillo. Los empresarios destinan sus esfuerzos a que los usuarios deseen el producto o, dicho en términos más técnicos, a generar una atracción que favorezca la decisión de compra. De esta manera, generar deseo es imprescindible y ¿qué mejor medio para vincular este deseo, especialmente en productos destinados a consumo masculino, que el empleo de imágenes sexuales y funciones estereotipadas de la mujer? Y esta realidad, en Colombia, no parece ofender a nadie.
OK, se empieza por cambiar la publicidad, luego siguen con el reguetón y los narcocorridos (Ñejo y Dálmata y un largo etcétera se quedan en la calle) y finalmente le dan un tapaboca en plena calle al que diga vulgaridades. El "regular" la libertad de expresión (por repugnante que sea) empieza en forma sencilla pero no se sabe dónde termina. Ah, sí: "la ley antidiscriminación."